Cuando nos proponen diseñar un logotipo se nos vienen a la mente infinidad de preguntas: ¿qué estilo va a tener?, ¿qué tipografía voy a utilizar?, ¿cómo encuentro inspiración?, ¿qué colores son los más adecuados? Estas son las dudas más frecuentes que nos asaltan y a las que vamos a tratar de dar respuesta en este post.
1. Lo primero que tenemos que hacer es confeccionar un briefing para el cliente. Se trata de un breve cuestionario que éste tendrá que responder sobre el tipo de empresa para la que vamos a diseñar el logotipo, cuál es el alcance del proyecto, en qué tipo de medios se va a reproducir la imagen de marca, cuál es el público objetivo, el nivel adquisitivo del mismo, cuál es la competencia, etc.
El cliente debe tomarse el briefing en serio y contestar pensando bien en cada respuesta. Esto nos ayudará a conocer más en profundidad tanto a la marca, como a nuestro cliente, y podremos empezar a sacar algunas ideas.
Un ejemplo de briefing, podría ser el siguiente:
- ¿Cuál es el nombre de la empresa o proyecto?
- ¿Cuál es el objetivo del logotipo y dónde se va a utilizar?
- ¿Cuáles son los productos o servicios concretos que ofrece la empresa o el proyecto?
- ¿Con qué adjetivos definirías la empresa o proyecto?
- ¿Cuál es la historia de la empresa o proyecto?
- ¿Hay algún plazo de tiempo que cumplir?
- ¿Quién es el público objetivo?
- ¿Quién es la competencia?
- ¿Qué ventajas ofreces sobre la competencia?
- ¿Qué valores o filosofía quieres transmitir?
- Cierra los ojos y trata de visualizar tu nueva marca, describe cómo la imaginas.
A partir de las respuestas que nos de el cliente a este cuestionario, podremos empezar a extraer, por ejemplo, algunas palabras importantes, que sean recurrentes, en las que el cliente haga hincapié, podremos empezar a orientarnos sobre el estilo, qué imagen utiliza la competencia, a quién nos vamos a dirigir, etc.
2. El siguiente paso va a consistir en generar ideas a partir de las palabras clave que obtengamos en el briefing. Para ello, podemos ayudarnos de varias técnicas, pero una de las más conocidas son los mapas mentales.
Para elaborar un mapa mental, situaremos una de las palabras clave en el centro de una hoja en blanco y empezaremos a buscar palabras o conceptos relacionados que harán crecer nuestro mapa alrededor del primero. Continuaremos extendiendo el mapa con más ideas, relacionando unas con otras. Cuando hayamos trabajado lo suficiente en nuestro mapa, empezaremos a ver surgir algunas relaciones e ideas originales, creativas e inesperadas, que de otra manera habríamos tardado mucho más tiempo en conseguir, si es que lo hubiéramos conseguido.
Podemos repetir el proceso con otras palabras clave, e incluso partir de alguno de los conceptos que hayan surgido en cualquiera de los mapas que hayamos creado.
3. A partir de este momento ya podríamos empezar a generar algunas imágenes para nuestro logotipo. En este paso es MUY IMPORTANTE, dejar el ordenador a un lado y empezar a dibujar a mano. Vamos a tratar de dibujar tantos conceptos como podamos, y a jugar con ellos, con los tamaños, con el orden, con las formas, etc.
Por ahora no tenemos que preocuparnos por el color, ni por la precisión. Dejemos fluir libremente la imaginación y diseñemos al menos 3 ideas originales.
4. Traslademos esas ideas al ordenador en forma de boceto, sin mucha calidad y en blanco y negro, no es necesario en este punto darle más detalle. Vamos a enseñárselas al cliente y de hecho, usar color puede ser contraproducente, puede hacer que el cliente se decante por una idea más floja o puede que las descarte si el color no le agrada.
Para mi también es muy importante la “literatura” alrededor del logotipo, hay que saber trasladar al cliente con entusiasmo y con confianza, de dónde nace cada idea y hacerle ver que son las que mejor representan a la marca, de qué manera ponen en relieve la filosofía, los valores de la empresa y cómo hacen llegar ese mensaje a su público, apoyándonos en las respuestas que nos dio en el briefing.
También hay que saber guiar al cliente hacia la idea que nosotros creamos más potente, más creativa y que mejor cumpla con los objetivos propuestos.
5. Una vez que el cliente ha elegido una de las ideas, podemos empezar a desarrollarla en el ordenador, y por supuesto, siempre, en formato vectorial. Ahora sí, trataremos de ser precisos, de prestar atención a los detalles y no dejar nada al azar.
Para elegir una buena tipografía, tendremos en cuenta a quién nos dirigimos, si el estilo de la empresa es formal o informal, en qué sector se enmarca, que sea legible y que disponga de los caracteres que vayamos a necesitar. Para esto último es recomendable utilizar los llamados pangramas. Seguro que cuando habéis instalado una nueva fuente en vuestro ordenador os ha llamado la atención la frase:
El veloz murciélago hindú comía feliz cardillo y kiwi. La cigüeña tocaba el saxofón detrás del palenque de paja.
En esta frase, para el castellano, vemos todos los caracteres que podríamos utilizar: tildes, diéresis, todas las consonantes y vocales, etc. Hay otras frases similares para todos los idiomas que os pueden ahorrar el disgusto de encontraros el típico □ cuando una tipografía no contempla el uso de tildes, por ejemplo.
6. En cuanto al color, de la misma manera, tendremos que tener en cuenta las vicisitudes de la empresa, pero además, las propiedades de cada color y las sensaciones que nos transmiten. Por ejemplo, son muy habituales el marrón y el verde para productos ecológicos, colores dorados o plateados para productos premium, azul en marcas tecnológicas (facebook, twitter, wordpress), etc. Aunque esto no quiere decir que haya que seguir siempre esas pautas, por supuesto.
7. Ya sólo nos queda presentar el logotipo. Para ello, nos aseguraremos de que el cliente da el visto bueno definitivo, y empezaremos a desarrollar un Manual de Imagen Corporativa, un PDF, en el que enseñaremos al cliente cómo utilizar el logotipo de manera correcta, le daremos una descripción detallada del mismo, le indicaremos medidas, proporciones, códigos de color que hayamos utilizado, y todo lo que sea necesario para no distorsionar la imagen que con tanto esfuerzo hemos creado.
Además, podemos insertar el logotipo en mockups adecuados para cada caso, que le darán una idea al cliente de cómo puede utilizarse por ejemplo en documentos, facturas, tarjetas, indumentaria, equipos, sellos, en web, etc. De tal manera que pueda visualizar el resultado de la aplicación del logotipo en cualquier emplazamiento.
En creativate.es no podemos sino esperar que a partir de ahora vuestros logotipos sean, ¡de lo más creativos!